Monday, March 19, 2012

Entre tu y yo

Y llegó el día... y se fue tan rápido como llegó.

El viernes quería verte, darte un abrazo y un beso que nos hiciera estremecer. Pero evidentemente para tí verme fué algo trivial. Yo me preparé mucho para ese momento: le pedí a Dios fortaleza para no desfallecer, sabiduría para decir las cosas que debía decir, tranquilidad para no perder la cordura... incluso me hice tonta y compré ropa bonita, me arreglé mas que nunca, preparé hasta el mas minimo detalle para que todo saliera perfecto, maquillaje, peinado, joyas... estaba lista para llegar a tu casa a que me recibieras con un abrazo y una sonrisa. Pero verme fue tan simple como pedirme que fuera por tí al gym, tu, sudando y apestando a sudor, porque verme era otro item en tu día.
Mi orgullo me dijo que era mejor entregarte los regalos que te había mandado a hacer y desaparecer. De la misma manera que la última vez que me despedí, no opusiste resistencia.
Si, perdí 12 kilos, y no fue por salud, fué por absoluta tristeza porque perdí el apetito. Si mi espalda está mas pequeña y cuando me abrazas puedes hacerlo con mas facilidad. Mi talla del brassier es a misma y aún así me veo diferente... puedes mirarme a los ojos cuando te hable por favor?

El sábado pensé que podríamos compartir un poco mas mientras buscaba las pocas cosas que había dejado en tu casa. Para mi sorpresa, ya mis cosas estaban listas en la sala y tu me pediste que hiciera todo pronto porque tenías que ir a hacer mercado... evidentemente compartir un poco mas no estaba en tu lista.

Esa remota esperanza que tenía que tu me pidieras quedarme y no volverme a ir porque me extrañabas y te habías dado cuenta que vivir conmigo era una buena aventura tuve que guardarla entre una de las cajas en la que salieron los cubiertos...

De todas maneras gracias por ser la persona que fuiste conmigo mientras fuimos felices,
gracias por consentirme cuanto pudiste,
gracias por ver por mí cuando no tenía ni en donde caerme muerta,
gracias por enseñarme que el amor existe,
gracias por ser mi Pinino gruñón y aguantarte mis tonterías.
Gracias por preocuparte por mi felicidad y por empujarme a ser una super profesional.
Gracias por crear un hogar conmigo y abrir en mi corazón la idea de verme como esposa y mamá amorosa de tus hijos... gracias, de verdad gracias porque eso no lo había logrado nadie.

En este mundo nadie te va a querer cuanto y cómo te quiero yo, no se te olvide.
Por nadie habría hecho todo lo que hice por tí, los sacrificios, las madrugadas y trasnochadas, las lágrimas y las noches contigo fueron de amor. Y sé que lo que hiciste por mí tambien, gracias por todas las cosas bonitas que hiciste por mí, algún día te lo pagaré.

Evidentemente tu felicidad no está conmigo, eso quedó muy claro.
Evidentemente no hay razones para quedarme o pedir una segunda oportunidad.
Evidentemente no queremos las mismas cosas uno del otro.

Entre tu y yo...
La diferencia entre tu y yo es que yo fuí capaz de decir lo que sentía, de frente y sin tapujos.
La diferencia entre tu y yo es que tu pudiste seguir existiendo sin mí, yo todavía lo intento.

Al principio, cuando todo esto sucedió en mi cabeza estaba la idea de una separación temporal: la que las cosas se iban a arreglar, que íbamos a tomar aire y que íbamos a volver renovados. Queriendonos mas.
Después, me empecé a hacer a la idea de un divorcio: las cosas no se iban a arreglar, pero teníamos que lidiar el uno con el otro de alguna manera civilizada, habría una separación de bienes y seguiríamos pendientes el uno del otro.
Ahora, me doy cuenta que en realidad soy una viuda: el hombre maravilloso con quien compartí los últimos 6 años desapareció y dejó a un ser insensible del cual no quiero volver a saber, por lo menos en mucho tiempo.

Mi Pinino gruñón murió, no lo voy a volver a ver.
No volveré a ver sus ojitos color miel que me miran y se burlan de mí.
No volveré a sentir sus abrazos reconfortantes que quitan el dolor y el miedo.
No volveré a dormir a su lado, sintiendo el calor de su cuerpo.
No volveré a recibir sus sorpresas chiquitas.
No volveremos a compartir un helado de Amaretto sentados al sol, con nueces para él y chocolate para mí...
No volveremos a cantar en la ducha, o en el carro, o en la cocina cambiando las letras de las canciones para que rimen con las cosas que nos suceden o que nos hacen sufrir, y podernos reir después del drama.
No volveré a sentir sus besos que me llevan a otro planeta, que me hacen estremecer, que me hacen temblar y que hacen que mi cerebro se apague y mi corazón lata mil veces mas rápido.

Juan José:
No me llames, no me escribas. No me digas que estás preocupado por mí, no quiero tu "preocupación", quiero que me ames y me digas que no puedes vivir sin mí, y como eso no va a suceder no intentes contactarme.
Perderte me tiene absolutamente triste, pero oir tu voz me hace mas daño del que puedas imaginar, por favor no me busques porque no voy a contestar tus mensajes, tus txts, o tus llamadas.
Tu me dijiste que no nos habiamos muerto, que seguíamos viviendo en el mismo país, que podíamos ser amigos... pero no, ya te lo dije: mi Pinino se murió. Y los muertos no hablan, los muertos son fantasmas que dan miedo y traen intranquilidad. Por favor, no seas ese fantasma que no me deja sequir adelante.
Debo aprender a ser felíz por mí misma, debo olvidar nuestra historia antes de convencerme que los seis años contigo fueron una pérdida de tiempo absurda y estúpida.

Espero que ella te haga felíz.

2 comments:

  1. auchhh :( yo tenia la secreta esperanza de que este encuentro les fuera a servir para reunirse ...lastima grande..pero como dicen en nuestra tierra y ahora la canción mala aquella que anda sonando por ahí lo que no mata fortalece ..así que ánimo y sigue adelante termina y luego vuelves a pensar que hacer con todo

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