Hoy hace 5 años

Hoy hace 5 años, él me invitó a cine y después a comer.

Después de un año saliendo, nos separamos un mes completo porque él tenía otras "cosas" en el corazón, y  yo no quería verlo porque era un pendejo... un mes en el que yo hacía marcas en el calendario felicitándome porque había pasado un día mas sin llamarlo, porque había borrado su número de mi celular y porque me inventaba mil maneras para entrar al edificio de ingeniería sin pasar por su laboratorio aunque ESA fuera la ruta mas rápida para llegar al salón en donde tenía clase. De felicitarme porque no derramé una sola lágrima por él mientras estuvimos separados.

Pero, como el cerebro humano es de costumbres y de costumbre es maluco, el único día en hice las cosas sin pensar, entro al edificio por la puerta que no es, y camino por el corredor que no es, y veo la puerta de su laboratorio abierta... y entro sin pensar. El me mira sorprendido y yo no sé que decir porque no tengo ni idea a qué hora llegué allí. Hablamos un poco, me dice que me ve diferente, que estoy muy bonita y que no sabía si yo había recibido su último mensaje de voz un mes atrás. Le conté que mi celular se había dañado, que tenía uno nuevo, que no sabía como recuperar esos mensajes... pero en realidad si lo había oído, tantas veces que lo sabía de memoria. De ese mensaje hoy sólo recuerdo el final: "Por favor, no se te olvide que te quiero mucho".

"Qué vas a hacer el sábado? vamos a cine? después podemos comer algo". Y yo dije que si.

Ese sábado mis amigas y mi hermano prestado de Cincinnati hicieron hasta lo imposible para que yo no llegara a la casa a tiempo y cumpliera la cita. Me sacaron de compras todo el día y a hacer mil cosas para que yo estuviese muy cansada y no pudiera cumplir. Al final de cuentas, no hubo poder humano, las dejé botadas en el centro comercial y un taxi me llevó de regreso a mi casa, justo a tiempo para ponerme bonita y estar lista a las 7 porque él iba a pasar por mí.

Me fué a buscar a mi casa. Recuerdo que yo me puse una camisa azul que a él le gustaba y una chaqueta blanca que combinaba perfectamente (si, blanca... o color hueso, o algo así, y no era fea! es mas, todavía la uso). El tenía una chaqueta de cuero crudo peludita por dentro que siempre me ha gustado y una camisa negra de rayitas rojas, azules y blancas que se le veía muy bien.

La película? "El último gran rey de Escocia", el teatro? "El Cincinnati Esquire", chiquito y romanticón. Poco o nada nos íbamos a imaginar que 6 meses después estaríamos mudandonos juntos a un apartamento hermoso a la vuelta de la esquina del teatro y que íbamos a estar caminando por esas calles juntos todos los fines de semana, y que la ida a cine se iba a volver nuestro plan express de no saber que hacer y bajar 5 minutos antes de la película casi casi en pijama.

"You will suffahhh", le decía el protagonista a sus enemigos. Eso misma me al decía él imitando a mi profesor cuando me veía sufriendo con una tarea o con una presentación, y me hacía reir.

Después del cine nos fuimos a tomar un par de copas y él, como el niño "bien" que es, me llevó a uno de los bares mas bonitos de Cincinnati, "Teller's". Allí nos reímos y hablamos como dos seres humanos adultos. Le dije, después de 5-6 Martinis y con los ojos llenos de lágrimas, que él me había apachurrado el corazón con su indecisión, que yo no merecía eso, que me parecía estúpido que no estuviera seguro de sus sentimientos hacia mí. Y él me dijo "Nunca quise hacerte llorar, no sabía que tan importante era yo para tí, no sabía que te doliera tanto hasta las lágrimas... perdóname!".
Me consoló, me pidió perdón otra vez y salimos del lugar, un poco mareados por tanto Martini mío y cerveza Guiness de él, a encontrarnos con una nevada inesperada, el clima que hacía unas horas era agradable se había convertido en una nevada bestial.
Él si estaba preparado para un cambio de clima, yo no. Mi camisa azul y mi chaqueta blanca eran de  primavera, no de invierno, y después de 3 pasos en la calle mi cara y mis manos estaban del mismo color que la camisa.
El se quitó su chaqueta calientita y me la puso encima, corrimos al carro, nos subimos y me abrazó porque yo estaba temblando. Me abrazó, y me besó.

Llegamos a mi casa mas o menos borrachos (si, dos borrachos irresponsables en un carro, en medio de una nevada apoteósica, perdón!) y él me pidió quedarse en mi casa esa noche para no irse sólo, borracho y con las carreteras llenas de esa miercolita blanca. Yo dije si y esa noche fue, de nuevo, la primera de muchas en las que durmió a mi lado, calientito... roncando como un osito.

Días después, institucionalizamos sin querer y sin pensar el plan de San Valentín de los años siguientes: Salir a tomar fotos de la nevada bestial que cae en Cincinnati para esa fecha, jugar en la nieve y en la noche quedarnos en la casa calientitos viendo una película o irnos a jugar a ser niñeros de su sobrino.
Al final de cuentas, nosotros nunca celebramos San Valentín.
Al final de cuentas, el día de hoy sólo es importante en mi cabeza, nada mas.

Hoy hace 5 años nos volvimos inseparables.
5 años que habrían sido 5 si hace 3 semanas no hubiesemos decidido decir adios.

"Tu tienes memoria de elefante", me dijo el domingo en una conversación via txt. Cuando le recordé que era interesante como el año pasado le tocó ver el Super Bowl a pedacitos en un aeropuerto en New Jersey y esta vez lo estaba viendo sentadote en SU apartamento en New Jersey.
"Tu me conoces. Me acuerdo de muchos detalles tontos de muchas cosas tontas. A veces es bueno, pero ultimamente es una maldición".