Thursday, March 29, 2012

Asistonta seré

Hace dos meses presenté 3 entrevistas de trabajo, todas en la misma semana, todas en ingeniería y urbanismo, pero ninguna cuajó.

Hace uno llegó una oferta de trabajo en la universidad para ser la asistente de la señora que administra la oficina de pasantías de la universidad, la oficina que le ayuda a los estudiantes a buscar trabajo. Mandé un correo, mandé mi CV, me llamaron, entrevistaron por teléfono y después me dijeron que no.

Ok.

El día que llegué a NJ me volvieron a llamar para decirme que habían decidido que SÍ les servía, que SÍ me necesitaban y que SI porfa trabajaba 10 horas para ellos.

Ahora soy una asistonta, 10 horas a la semana soy “Maria la colombiana”.
10 horas a la semana no tengo que pensar en bicicletas, tesis, profesores, análisis de modelos, estadísica, encuestras, cartografía… nada de eso. Me limito a contestar teléfonos, a reprogramar agendas, a administrar registros de estudiantes y a imprimir cuanta cosa mi jefa necesite.

10 horas a la semana que pueden sonar tediosas pero para mí son una completa vacación. No tengo que pensar, sólo seguir instrucciones, mi vida se vuelve simple 10 horas a la semana.

Sería chévere encontrar un trabajo en el mundo real así: 30 horas retorciéndome el cerebro y 10 horas apagarlo y seguir instrucciones, cual hormiga obrera.

Monday, March 26, 2012

Arrancando los recuerdos de un solo tirón

Evidentemente no es algo fácil.
Evidentemente no era algo que podía hacer por mi misma.

Al final de cuentas, alguien lo hizo por mí.

Anoche en la casa de unos amigos, "alguien", no se sabe quien, rompió la malla de una ventana del comedor, metió la mano y sacó lo primero que encontró: mi bolso.

Mi bolso con mi billetera, llaves de mi casa, celular y cosmetiquera.

La cosmetiquera con el perfume de higo/breva que le gustaba a él.

El celular con las fotos que tomamos el día que desocupamos en apartamento en OH para arrancar de cero en NJ; sus números de la oficina, del celular, de sus hermanos, de su mamá... de nada sirve que diga que también se fué su número de celular, porque ese no lo he podido sacar de mi cabeza.

La billetera con la licencia de conducir de NJ con la dirección de su casa, con tarjetas y recuerdos de nosotros dos que no había tenido tiempo de guardar o tirar, los números de nuestras cuentas bancarias...

El bolso era también un recuerdo de un viaje de hace muchos años, mi favorito.

Traté de controlarme, pero no pude: lloré, grité y maldije cuanto pude.
Mis amigos y amigas me ayudaron como pudieron, me ayudaron a buscar los números para que yo pudiera a llamar a las centrales de crédito para cancelar las tarjetas. Me abrazaron todos juntos.

Incluso, mi amigo N. me dijo: "Has sido lo suficientemente fuerte, esto no te va a derrumbar".
Pero no pude, no pude regresar a pasar la noche sola a mi casa, me quedé con unos amigos y lloré toda la noche. Tenía miedo de regresar a la mía y que los hijos de puta que me robaron todo llegaran a mi casa y me hicieran algo, pero después de mucho pensarlo decidí regresar porque no había ningua indicación de mi nueva dirección entre mi cartera. Hasta ahora no ha pasado nada.

Lloré, lloré, lloré mucho.

Pero no lloré porque tuviera miedo, o porque me doliera la pérdida. Creo que lloré porque quería que él estuviera conmigo abrazándome y consolándome.
Necesitaba sus brazos fuertes alrededor mío mientras me regañaba por tener tantas cosas inútiles entre el bolso.
Yo quería que me dijera que no me preocupara, que las cosas iban a estar bien, y que él como el héroe que es saldría corriendo a buscar a los que me robaron la cartera y molerlos a golpes, porque me habían asustado y me hicieron llorar.

Pero así no fue.

Ahora SI, debo que arrancar sola. Ahora SI, desde cero.

Saturday, March 24, 2012

Los muertos no hablan

Los muertos no hablan, los muertos no escriben, los muertos no llaman...

Esa ha sido mi filosofía en la última semana. He podido sobrevivir, he mantenido mi cabeza a flote pensando que te fuiste para no volver. Logré convencerme que dejaste de existir y no te pudiste despedir de mí como debía. Nos quedamos debiendo un último abrazo, un último beso, una última noche juntos... porque nunca supimos cual iba a ser la última.

Si la humanidad supiera cual es la última oportunidad que tiene de hacer algo haría de ella algo maravilloso, increíble e inolvidable.

Tu último cumpleaños juntos fue algo que celebramos de afán porque estabamos empacando maletas para irnos a NJ, nos despedimos de OH. Una cena sin preparación, un regalo mal empacado... una casa patas-arriba... algo de miedo.

Mi último cumpleaños juntos fue algo que no quiero recordar, lo pudimos hacer memorable pero la compañía que llegó no lo permitió. Te dije que no quería nada, que sólo te quería a tí, estar contigo, no necesitaba mas. Pero no fue posible porque había visita y teníamos que ser buenos anfitriones.

Nuestra última Navidad tampoco fue posible, con todo lo que teníamos que hacer no fué posible programar la cenita de Navidad con la que quería despedirme de tí antes de dejarte en el avión y empacarme después en el mío.

Recuerdas lo que te dije cuando te dejé en el aeropuerto? "No me dejes, por favor, no me dejes"... te asustaste. En ese momento ni siquiera yo misma supe por qué lo dije, ahora sé que en el fondo de mi corazón sabía que yo debía regresar a OH y tu te quedarías en NJ.
En realidad fué una súplica, no quería que me dejaras... y aún así lo hiciste.

Año Nuevo? tu en Portugal y yo en Colombia. Sólo recuerdo uno de tus mensajes: "que el 2012 nos dé paciencia y energía suficientes para estar juntos"... evidentemente no las necesitamos. El momento tan corto que compartimos este año lo único que tuvo fue desamor, histeria, peleas y rencores. La paciencia se fué por la ventana, y la energía nunca llegó.

Hoy me confirmaron un contrato por 10 semanas en la universidad, trabajando como asistonta de una señora que ayuda a los estudiantes a encontrar trabajo. De allí espero aprender y hacer contactos para mi propia búsqueda de trabajo.
Media hora después me llamaron para notificarme que el proyecto del Departamento de Transporte de Ohio para el cual me había postulado comenzará el 1o de Abril y yo estoy en nómina. Es un contrato de año y medio, ya tengo sueldo y beca aseguradas... no sabes la tranquilidad y la satisfacción que se siente recibir tantas buenas noticias.

Pero tampoco sabes la tristeza tan impresionante al sentir que no las puedo compartir contigo. Que no te puedo llamar a gritar por teléfono "Soy un geniooo!". Que no puedo decirte con una sonrisota de oreja a oreja que soy lo máximo, que me siento valiosa, que me siento en las nubes... que quiero que me abraces duro duro duro y nos vayamos a comer un helado para celebrar.

Hoy me haces falta, hoy quiero estar contigo, hoy quiero que me consientas y que me digas que estás orgulloso de mí, aunque yo ya estoy MUY orgullosa de mí misma.
Quiero que me hagas las preguntas más difíciles acerca de las ofertas laborales porque a mí no se me ocurrieron, quiero que me ayudes a prepararme mentalmente para el trabajo, que me enseñes a decir las cosas adecuadas, que me cuentes cómo metiste la pata tu en tu primer trabajo para que yo no lo haga igual... hoy quiero que estés junto a mí para apoyarme.

Será posible que sientas mi dolor? será posible que mis lágrimas viajen los 1,056 kilómetros que nos separan y esta noche sientas mis alegrías y mis tristezas?

A veces, me pongo a pensar si estás pensando en mí. Si te acuerdas de las cosas bonitas que vivimos juntos, de cómo nos reíamos de los demás, de los chistes tontos que sólo tu y yo entendemos...

Hoy es noche de tormenta aquí en Cincinnati. Estoy sola en el apartamento oyendo los truenos y las alarmas de tornado... estoy llorando, pero no es por miedo, es porque te extraño, porque quiero que estés aquí conmigo botado en el sofá viendo televisión debajo de una cobija, en el plan mas absurdamente tonto de todos.

Los muertos no hablan, pero ahora mismo quisiera que mi teléfono sonara y me dijeras que si mí te sientes igual que yo sin tí: un poquito muerto.

Monday, March 19, 2012

Entre tu y yo

Y llegó el día... y se fue tan rápido como llegó.

El viernes quería verte, darte un abrazo y un beso que nos hiciera estremecer. Pero evidentemente para tí verme fué algo trivial. Yo me preparé mucho para ese momento: le pedí a Dios fortaleza para no desfallecer, sabiduría para decir las cosas que debía decir, tranquilidad para no perder la cordura... incluso me hice tonta y compré ropa bonita, me arreglé mas que nunca, preparé hasta el mas minimo detalle para que todo saliera perfecto, maquillaje, peinado, joyas... estaba lista para llegar a tu casa a que me recibieras con un abrazo y una sonrisa. Pero verme fue tan simple como pedirme que fuera por tí al gym, tu, sudando y apestando a sudor, porque verme era otro item en tu día.
Mi orgullo me dijo que era mejor entregarte los regalos que te había mandado a hacer y desaparecer. De la misma manera que la última vez que me despedí, no opusiste resistencia.
Si, perdí 12 kilos, y no fue por salud, fué por absoluta tristeza porque perdí el apetito. Si mi espalda está mas pequeña y cuando me abrazas puedes hacerlo con mas facilidad. Mi talla del brassier es a misma y aún así me veo diferente... puedes mirarme a los ojos cuando te hable por favor?

El sábado pensé que podríamos compartir un poco mas mientras buscaba las pocas cosas que había dejado en tu casa. Para mi sorpresa, ya mis cosas estaban listas en la sala y tu me pediste que hiciera todo pronto porque tenías que ir a hacer mercado... evidentemente compartir un poco mas no estaba en tu lista.

Esa remota esperanza que tenía que tu me pidieras quedarme y no volverme a ir porque me extrañabas y te habías dado cuenta que vivir conmigo era una buena aventura tuve que guardarla entre una de las cajas en la que salieron los cubiertos...

De todas maneras gracias por ser la persona que fuiste conmigo mientras fuimos felices,
gracias por consentirme cuanto pudiste,
gracias por ver por mí cuando no tenía ni en donde caerme muerta,
gracias por enseñarme que el amor existe,
gracias por ser mi Pinino gruñón y aguantarte mis tonterías.
Gracias por preocuparte por mi felicidad y por empujarme a ser una super profesional.
Gracias por crear un hogar conmigo y abrir en mi corazón la idea de verme como esposa y mamá amorosa de tus hijos... gracias, de verdad gracias porque eso no lo había logrado nadie.

En este mundo nadie te va a querer cuanto y cómo te quiero yo, no se te olvide.
Por nadie habría hecho todo lo que hice por tí, los sacrificios, las madrugadas y trasnochadas, las lágrimas y las noches contigo fueron de amor. Y sé que lo que hiciste por mí tambien, gracias por todas las cosas bonitas que hiciste por mí, algún día te lo pagaré.

Evidentemente tu felicidad no está conmigo, eso quedó muy claro.
Evidentemente no hay razones para quedarme o pedir una segunda oportunidad.
Evidentemente no queremos las mismas cosas uno del otro.

Entre tu y yo...
La diferencia entre tu y yo es que yo fuí capaz de decir lo que sentía, de frente y sin tapujos.
La diferencia entre tu y yo es que tu pudiste seguir existiendo sin mí, yo todavía lo intento.

Al principio, cuando todo esto sucedió en mi cabeza estaba la idea de una separación temporal: la que las cosas se iban a arreglar, que íbamos a tomar aire y que íbamos a volver renovados. Queriendonos mas.
Después, me empecé a hacer a la idea de un divorcio: las cosas no se iban a arreglar, pero teníamos que lidiar el uno con el otro de alguna manera civilizada, habría una separación de bienes y seguiríamos pendientes el uno del otro.
Ahora, me doy cuenta que en realidad soy una viuda: el hombre maravilloso con quien compartí los últimos 6 años desapareció y dejó a un ser insensible del cual no quiero volver a saber, por lo menos en mucho tiempo.

Mi Pinino gruñón murió, no lo voy a volver a ver.
No volveré a ver sus ojitos color miel que me miran y se burlan de mí.
No volveré a sentir sus abrazos reconfortantes que quitan el dolor y el miedo.
No volveré a dormir a su lado, sintiendo el calor de su cuerpo.
No volveré a recibir sus sorpresas chiquitas.
No volveremos a compartir un helado de Amaretto sentados al sol, con nueces para él y chocolate para mí...
No volveremos a cantar en la ducha, o en el carro, o en la cocina cambiando las letras de las canciones para que rimen con las cosas que nos suceden o que nos hacen sufrir, y podernos reir después del drama.
No volveré a sentir sus besos que me llevan a otro planeta, que me hacen estremecer, que me hacen temblar y que hacen que mi cerebro se apague y mi corazón lata mil veces mas rápido.

Juan José:
No me llames, no me escribas. No me digas que estás preocupado por mí, no quiero tu "preocupación", quiero que me ames y me digas que no puedes vivir sin mí, y como eso no va a suceder no intentes contactarme.
Perderte me tiene absolutamente triste, pero oir tu voz me hace mas daño del que puedas imaginar, por favor no me busques porque no voy a contestar tus mensajes, tus txts, o tus llamadas.
Tu me dijiste que no nos habiamos muerto, que seguíamos viviendo en el mismo país, que podíamos ser amigos... pero no, ya te lo dije: mi Pinino se murió. Y los muertos no hablan, los muertos son fantasmas que dan miedo y traen intranquilidad. Por favor, no seas ese fantasma que no me deja sequir adelante.
Debo aprender a ser felíz por mí misma, debo olvidar nuestra historia antes de convencerme que los seis años contigo fueron una pérdida de tiempo absurda y estúpida.

Espero que ella te haga felíz.

Thursday, March 15, 2012

La hora de la verdad

Este fin de semana llegará la hora de la verdad, este fin de semana estaré de nuevo con él, cara a cara... buscando las cosas que dejé en su casa.

Me siento como quien sale a visitar una zona de catástrofe, no sé cuantos daños hay, no sé qué cambios han ocurrido en mi ausencia, no tengo ni idea como esté el habitante de la casa, tengo miedo.

Tengo miedo de darme cuenta que de pronto los daños sean irreversibles, tengo ansiedad de verlo, estoy felíz de verlo, tengo una gran curiosidad de saber que voy a sentir cuando lo vea. Mucha mas curiosidad de saber cómo va a reaccionar él cuando me vea.
Somos personas civilizadas, que no se han dejado de querer. Como tales, tengo conmigo un par de regalos para él que sólo se consiguen aquí en Cincinnati y sé que a él le va a alegrar mucho recibirlos.

Tengo 12 kilos menos, he tenido que comprar ropa mas pequeña, me produce gran curiosidad saber qué va a pensar él al verme. Mis amigos me dicen que me veo mejor que antes pero también dicen que se nota en mis ojitos chiquitos que me falta algo.

Qué pensará él?

Me imagino que me verá mas delgada, mas estilizada, y eso debe ser bueno. Pero al mismo tiempo, él sabe que este cambio ha sido el resultado de semanas de absoluta tristeza y tensión... de buenas yo que con esta situa mi estómago come menos y se llena mas rápido.

Ay Pinino... Hablar contigo y oirte decir que te acuerdas de mí y de las cosas que te decía me pone felíz, pero al mismo tiempo me pone la barriga patasarriba porque no sé si eso me abre una esperanza para un futuro juntos o si con eso me estás diciendo que te acuerdas de mí "con cariño", y ya aprendiste a vivir sin mí.
Necesito un abrazo, necesito ver tus ojitos cafés mirándome y burlándose de mí. 
Necesito que entiendas que me siento felíz con lo que he hecho, que me siento valiosa, fuerte, poderosa, inteligente... pero que estoy marchita por dentro porque mi corazón está un poquito muerto. Si, es imposible estar "un poco" muerto, pero así me siento yo... agonizando sin querer morir.

Te extraño, quiero verte.

Me extrañas tu?